En la “Introducción” de este libro Nora Villa relata esos inicios, a la vez que refiere las coordenadas éticas que orientan el trabajo. El progresivo aumento de la epidemia diagnóstica en torno al autismo, bajo la designación abarcativa de TGD (Trastorno Generalizado del Desarrollo) o bien TEA (Trastorno del Espectro Autista), conlleva al desconocimiento de “las diferencias individuales de la estructuración subjetiva”, produciendo un efecto segregativo de la singularidad de cada niño. La preocupación por mantener la tensión entre lo Uno y lo múltiple constituye una brújula en el camino.
Mafalda es el esfuerzo continuo por inventar un lazo con los niños autistas para que ellos puedan servirse de ese lazo y estar un poco más cerca del sentimiento de la vida. Cada texto que compone este libro surge del deseo de transmitir en qué consiste ese modo de operar.
Este libro es el testimonio vivo de un trabajo cuya brújula es la orientación lacaniana, donde ninguno está seguro de saber lo que hace pero donde, cuando el milagro sucede, se sabe que algo único se ha producido. Sin embargo, eso no basta. Es necesaria aun la lectura de cada pequeño acontecimiento subjetivo y la transmisión de su lógica, para que el deseo que anima a cada uno en su práctica se contagie y devenga causa de nuevos acontecimientos en el porvenir.
Querido lector, es mi deseo que te contagies de la mejor manera con la lectura de este libro “a cielo abierto”.