Este libro de Aurora Fernández viene de otro texto y de muchas horas de reflexión, escritura y trabajo analítico. Su libro anterior y este, hacen dupla. Hacen escritura.
Tres dimensiones atraviesan sus páginas: los laberintos del autismo, las maravillas del juego y los caminos de la clínica. Sin embrago estos tres vectores no están aislados. Hay algo que los articula. Más bien, que los enlaza: la dimensión del acto. Del acto en la existencia, en el establecimiento lúdico y en el hacer psicoanalítico.
En sus páginas, además de propuestas teóricas muy incisivas, se narran, se comparten y se desbrozan historias singulares. Se trata de biografías parciales de infantes. De niños con sus dolores, sus pasiones y la densidad de la insistencia de la vida de sus padres en la suya propia. Estos relatos hablan de niños y niñas que aparentemente no hablan. Son retazos de vida de aquellos a quienes se les nombra autistas.