Fragmentos del lazo social. ¿Por qué vivimos tan solos?, de Luciano Lutereau, muestra el claro quiebre del deseo y la deserotización que desgarra los vínculos. Si localizamos que nuestro mayor
conflicto hoy no es con el otro, sino con la capacidad de abrirse al otro, la ecuación ofrece una nueva dimensión: quizás las respuestas a nuestras preguntas incluyan repensar el cortocircuito
con el lazo.
¿Por qué vivimos tan solos, enojados, paranoicos, frustrados? ¿Qué ha pasado con nuestros lazos sociales en los últimos años? ¿Por qué los objetamos? ¿Cómo reconciliamos las asimetrías y las
incomodidades de la vida en común?