El mundo y la cultura de los niños han cambiado y se multiplicaron las expectativas y exigencias en torno a ellos. ¿Podremos repensar la infancia a partir de la propia experiencia infantil?
Para un niño, ¿cuál es la frontera entre realidad y apariencia, real y simulado? ¿Lo afecta la violencia del universo imaginario? ¿Cómo se estructuran su pensamiento y sensibilidad frente a las pantallas que no dejan de mirarlo? ¿Existen los juguetes para no jugar? ¿Cuál es la función del jugar corporal, de las ficciones y las representaciones infantiles? ¿Qué transformaciones produce la realidad informática, tecnológica y visual? ¿Cómo se conforman el diálogo y la transmisión generacional? ¿Es posible acceder a la escénica experiencia de la niñez a través de la imagen?
Este libro aborda estos interrogantes para develarlos e intentar recuperar lo infantil de la infancia, para donarlo al otro. No se trata de recordarla, sino de mantener vivo el saber infantil, que nos dejó el germen de lo que vendrá. Sin él, la infancia como tal no tendría sentido.