Los textos que componen el libro son apasionados. Hay un "yo" como sujeto de pensamiento, de palabra y de la acción de investigar "con" otros y otras y no meramente "a" otros y otras. Y, al mismo tiempo, son producciones que retoman y resignifican las preocupaciones más clásicas y legítimas de la investigación social: la validez y la confiabilidad, los procedimientos técnicos más clásicos y más innovadores en el campo, la construcción de datos, de estrategias de análisis y de sistemas de categorías, la apelación a la teoría como herramienta de interpretación y de contrastación, y la creación teórica como sentido necesario.
El libro es un aporte en nuestro menguado campo académico educativo local, tan subordinado en los últimos años a la producción internacional y, en cierta medida, también dependiente de los desarrollos en otras ciencias sociales más "tradicionalmente" volcadas a la investigación, como la antropología y la sociología.
En un mundo violento y excluyente, un grupo de obstinados/as investigadores/as sostiene el desafío de abonar a la intersubjetividad democrática en y a través de la investigación educativa.