Esta pequeña obra maestra constituye una sistematización clásica del problema de la personalidad. El autor plantea la contradicción existente entre el carácter general de las leyes de la psicología y la singularidad del individuo. Discute el papel y el alcance de los determinantes constitucionales y finalmente retoma la relación entre lo general y lo particular, apareciendo la personalidad como una construcción progresiva dentro del marco social: "La personalidad es una historia dentro de una historia más amplia".