En esta obra se han considerado la importancia de las emociones, en especial las negativas, entre otros factores, como posibles desencadenantes de la conducta adictiva.
¿Pero qué entendemos por emoción?
Sabemos que es un proceso muy complejo en el que intervienen factores que responden a algún estímulo interno o externo y donde el afecto tiene un rol preponderante. Toda emoción termina en una acción, las emociones, son, por lo tanto, marcadoras de conducta. Al hablar de emoción, adicciones en general, y del juego en este caso, no podemos obviar el papel del cerebro en el desarrollo de esta tendencia,
Cerebro, mente y también, el entorno —como regulador del comportamiento—, conforman un todo que permite, en cierta medida, explicar actitudes humanas que nos definen.
De manera, que la emoción y el sentimiento que una persona experimenta frente a una situación determinada, pone en evidencia cómo percibe el mundo, el sí mismo y cómo con sus valores se posiciona en él.
Docente y Licenciada en Psicología por la Universidad de Belgrano.
Postgrado en Psicoterapia Familiar, orientación cognitiva, en la Universidad Maimónides-Aiglé.
Estudios en el Departamento de Psiquiatría del Hospital de Clínicas.
Ha participado en:
» I Jornada Argentina de Juego Responsable.
» ll Congreso Iberoamericano de Trastornos Adictivos.
» XXIII Congreso Argentino de Psiquiatría.
Autora del trabajo: “Factores de Riesgo de Uso de Drogas Psicoactivas en el Ámbito Laboral”.
Doctorado en Psicología en Universidad del Salvador. Tema: Pérdidas Significativas y Derivaciones de las Emociones Negativas en Juego Patológico.