En un mundo de mayor igualdad sexual -aunque todavía incompleta-, el hombre y la mujer necesitan adaptarse permanentemente a los cambios que ocurren y seguirán ocurriendo a un ritmo insospechado en el futuro. Así como, al entrar en crisis el patriarcado, surgen nuevos modos de ser mujer, también surgen más tardíamente nuevas masculinidades. La mujer ya no se somete, como en épocas anteriores, al predominio sexual del hombre, ni el hombre se somete a mandatos tradicionales para probar su masculinidad. Tanto el hombre como la mujer son hoy víctimas de la anomia que produce el no saber cómo relacionarse con el otro sexo en una nueva realidad: una relación de igualdad sexual. La vida personal es un proyecto abierto, con nuevas exigencias y ansiedades, tanto para el hombre como para la mujer; un proyecto basado en relaciones más simétricas, menos jerárquicas, y que sustentan un modelo en el cual a ambos competen tareas consensuadas de diversa índole, según las circunstancias y no según roles asignados. De todos modos, la institución del matrimonio está lejos de haber perdido vigencia o de estar en vías de desaparición.
En esta obra se analiza el matrimonio como institución universal y la familia como un grupo de personas unidas y que se ocupan de la crianza y educación de sus hijos, de acuerdo con las tradiciones y normas establecidas y emergentes de su cultura. En la primera parte de este trabajo se ofrece un panorama de la transformación de ese núcleo primigenio llamado familia. En la segunda parte se incluyen tres investigaciones puntuales: la crisis de la masculinidad; mitos y falacias sexuales existentes entre padres de familia y educadores; y la sexualidad en el sector educativo y de salud.