Este libro tiene como destinatarios a educadores, psicólogos, trabajadores sociales, médicos, animadores culturales, teatristas y a toda persona cuya actividad se relacione con el bienestar de niños, niñas y adolescentes. Eduardo Hall y Cecilia Jubera dan cuenta de una metodología original denominada Técnicas Dramáticas No Convencionales. Estas herramientas fueron probadas a lo largo de diez años en escuelas, centros de salud y espacios de educación no formal.
Las escenas que forman parte de la obra manifiestan su origen en observaciones sobre la realidad cotidiana de los grupos con los que trabajan los autores. A partir de ellas, se propone abrir el juego al debate para pensar por qué se aceptan la violencia y el maltrato, por qué los niños y adolescentes están cada vez más lejos de sus mayores.
El objetivo último es promover una comunicación lúdico-afectiva que redunde en la posibilidad de que los adultos sean percibidos por los jóvenes como referentes interesantes y queribles: personas confiables, a quienes ellos deseen escuchar.